Son muchas las causas que pueden originar el dolor de espalda, entre ellas las malas posturas o desequilibrios de la columna vertebral por el peso, escoliosis, una pierna más alta que la otra. Por envejecimiento y degeneración de vértebras, por sedentarismo, golpes o caídas y también por algunos tipos de trabajos, en especial al levantar o empujar cosas pesadas y estar sentado todo el día.
Cuando te duele la espalda, suele ir en consonancia con un mal funcionamiento de tu columna vertebral y sistema nervioso afectando diferentes estructuras como músculos, tejidos, discos y otros.
El dolor puede aparecer de repente e ir aumentando con el tiempo. Ser leve y constante hasta punzadas agudas repentinas que dificultan el movimiento y puede presentarse en cualquier lugar de la columna, desde la región cervical hasta la zona lumbar, así como irradiar a partir de la zona de origen.
Se deriva de lo que en la quiropráctica llamamos: subluxación vertebral (esto es una interferencia nerviosa que disminuye el flujo de información y energía que recorre por dentro de tu columna vertebral desde tu cerebro hasta, entre otros, tus propios músculos, provocando así las contracturas, el dolor de espalda y el debilitamiento).
Adiós al dolor
Decirle adiós al dolor es posible. Los quiroprácticos realizamos una serie de exámenes neurológicos sobre la columna vertebral para averiguar qué nervios están pinzados y a qué parte del cuerpo afectan. También examinamos la mecánica y postura de la columna vertebral para verificar qué cambios hay que introducir para reducir el desgaste.
Realizando ajustes muy precisos y específicos de las subluxaciones, el quiropráctico restablecerá el movimiento y posicionamiento normal de tus vértebras. Esto hará que los nervios que atraviesan tu columna vertebral lo hagan sin obstáculo, presión o irritación.
El tratamiento quiropráctico tiene el índice más alto de satisfacción entre los pacientes con dolor de cabeza y cuello.
¡Tienes que agradecer tu dolor. Es una señal de alarma!
Aunque no lo parezca, no es molestarte, sino protegerte. Tal como una alarma anti-fuego protege tu hogar de los incendios, el dolor te advierte de que algo anormal y potencialmente peligroso ocurre dentro de tu organismo. Si tu alarma anti-fuego de casa sonara, no se te ocurriría desconectarla: buscarías el origen del incendio para extinguirlo.
¡Por eso hay que buscar y resolver la causa de tu problema de espalda para que no vuelva a ocurrir o dañar más al organismo. Esa es la misión de tu doctor en quiropráctica!
Por: Dr. Mario López Egusquiza
Médico Quiropráctico
Clínica Quiropráctica Culiacán / Terapia Física / Rehabilitación
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