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    Estoy bien, no necesito ayuda

    Aparentar estar bien encierra una gran diversidad de emociones reprimidas, situaciones sin entender y una fortaleza disfrazada. Cuando alguien está pasando por alguna pérdida y se le ofrece ayuda, su respuesta es, “estoy bien, no necesito ayuda”.

    Esta reacción se debe a la cultura que tenemos sobre las emociones, creemos que si no las tocamos van a sanar y pensamos que el tiempo lo cura todo, sin embargo, lo que hacemos con ellas es guardarlas en el corazón, acumulando una tras otra hasta que el peso es tan grande que afecta nuestro carácter y comenzamos a enfermar.

    Las redes de apoyo son de gran importancia en la elaboración del duelo, sobre todo si es pérdida de un hijo. El grupo de ayuda mutua es un espacio, podría decir sagrado, para los que tuvieron la pérdida.

    Soy coordinadora del grupo de Renacer, éste es para padres en duelo por muerte de un hijo. Por lo general, llegan más mujeres con una gran necesidad de integrarse para sobrellevar el proceso de duelo. Han llegado matrimonios donde el hombre ha confesado que lo llevaron a la fuerza y no piensa volver, que no necesita ayuda, algunos no regresan, pero, los que continúan agradecen estar ahí. Cabe mencionar que también hay mujeres que se resisten a pedir ayuda.

    Tenemos que desaprender que las emociones son malas, desde pequeños nos limitan a sentirlas, no llores, no te enojes, no quiero que sufras por lo que evitamos hablar sobre situaciones dolorosas, como si el silencio las sanara. Tenemos que aprender a identificar nuestras emociones y expresarlas.

    Asistir a un grupo de ayuda mutua requiere humildad para reconocer que necesitas ayuda, valentía y paciencia para trabajar el proceso, porque cuando contactas con tu realidad, duele, y duele mucho y quisiera uno que ese dolor desapareciera de la noche a la mañana, pero toma tiempo.

    Cuando recién se integra un padre, nos volvemos espejos, los que ya tenemos tiempo podemos darnos cuenta de lo que hemos avanzado y los nuevos ven en nosotros una luz llamada esperanza de poder estar algún día mejor. La retroalimentación nos permite identificarnos con las diferentes experiencias y tomo las que me sirven. Aquí no existe el juicio, sólo la comprensión, la escucha, la compasión y por supuesto, aquí aprendemos a que el amor es el alimento principal del alma.

    Yo te invito a que te permitas sanar tu dolor, cualquiera que sea, busques herramientas para hacerlo para que puedas vivir y no sobrevivir. Deseo que la paz llegue a tu corazón, la cual llegará a través de ti a tus seres queridos.

    Por: Yvonne Bulnes

    Tanatóloga

    yvonnerosadecristal@gmail.com

    Grupos de ayuda mutua

    Alejandra Renacer

    Tanatóloga Yvonne Bulnes

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