La vida es mejor cuando es verde de ahí que se hayan creado nuevas formas en el medio ambiente para generar electricidad y preservar los recursos a través de parques solares, por ejemplo.
1. Crea tu propio compost
Puedes comprar un contenedor para los residuos o simplemente, agruparlo en un montón. Todo lo que necesitarás será un trozo de alfombra o tela impermeable, un material de drenaje grueso, residuos de jardinería, estiércol fresco y el propio suelo.
Incluso puedes añadir las cenizas de la chimenea, papel de uso común, algodón y tejidos de lana, cáscaras de huevo y bolsitas de té. Tu jardín lo agradecerá.
2. Usa servilletas de tela
Las servilletas de papel son un derroche innecesario. Una de tela, por el contrario, se lava y se reutiliza. Además parece mucho más lujosa. ¡Todo son ventajas!
3. Coge tu bicicleta
No sólo montar en bici es bueno para hacer ejercicio cardiovascular y reducir los niveles de estrés sino que es ideal para el medio ambiente.
4. Compra de forma prudente y aprende a reparar
A largo plazo es mejor para tu bolsillo y para el medio ambiente invertir en productos de gran calidad en vez de aquellos de peor calidad que necesitan ser sustituidos de forma periódica.
Intenta no tirar la ropa que ya no uses, si tus pantalones están viejos resérvalos para tus labores de jardinería o si el color de tu camisa ha quedado apagado, revívelo utilizando un tinte natural. Y si no, también puedes donarlo. Después de todo, lo que uno deshecha otro lo convierte en su tesoro.
5. Planta de forma consciente
Plantar especies tolerantes a la sequía en tu jardín reducirá la cantidad de agua para regarlas y eso supondrá un ahorro de tiempo y dinero.
6. Cultiva árboles
Los árboles crean ecosistemas donde las aves y los animales pueden vivir. También absorben el dióxido de carbono y otros gases nocivos. De hecho, un árbol grande puede suministrar oxígeno por valor de un día de trabajo hasta a cuatro personas así que, ¡vamos a plantar! Pasar tiempo al aire libre es también bueno para la mente.
7. Abandona la carne
La cría de animales para alimentación produce más emisiones de gases de efecto invernadero que los coches y aviones y casi el 80% de los terrenos deforestados en la Amazonia se utilizan para ganado. Comiendo menos carne podemos reducir de forma drástica la destrucción de los bosques y la contaminación.
8. Compra productos locales y alimentos ecológicos de temporada
Si no puedes abandonar la carne, asegúrate al menos de que se trata de un producto local, como es la carne orgánica. De esta forma apoyarás a los pequeños agricultores y disfrutarás de una gran calidad ya que las distancias entre la comida y tú, se reducen. Puedes asegurarte a través de la información de los envases.
9. Haz tus propios productos de limpieza y suministros de jabón
Los productos de limpieza son a menudo de las cosas más tóxicas que hay en casa: están llenos de productos químicos desagradables que se liberan al medio ambiente y a nuestros sistemas de agua. Trata de hacer tus propias versiones naturales con ingredientes como el bicarbonato sódico, el vinagre, el limón y el jabón. Con unos pocos ingredientes recorrerás un gran camino.
10. Energías renovables
Desde el uso de baterías recargables hasta los paneles solares en el techo o turbinas eólicas a pequeña escala – reducir el consumo de energía no renovable es muy beneficioso. Al hacer esto, ayudarás a reducir la producción de gases de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero además de reducir tu factura de energía.
