Hola de nuevo, yo soy la Dra. Lucero Sánchez, médico especialista en psiquiatría, psiquiatra de urgencias y profesora en la maestría de sexualidad humana de INECXA y hoy te voy a hablar un poco del amor desde el punto de vista científico.

Estamos en una época de “amores flash”, relaciones sin título o sin compromiso o con “títulos intermedios”. El sexo está tan disponible sin ningún requisito, que es muy fácil tener aventuras de una noche, o de un verano. “Quedantes”, “amigovios”, “amigos con derechos”, “amantes”, todo esto sustituye al noviazgo clásico con compromiso que lleva a un futuro en común (o al menos un presente con exclusividad) y los futuros pueden ser tan inciertos como personas que tienen hijos, pero cada quien sigue viviendo con sus respectivos padres, parejas en unión libre, matrimonios y el ya tan típico divorcio.

Entonces entre este mar de posibilidades infinitas, con límites mal definidos, con un inicio sexual más temprano (sin consecuencias físicas si se cuidan bien) pues se tienen consecuencias emocionales, y es que —no sabes realmente— qué es lo que tienes y ni siquiera qué es lo que quieres. El sexo muy “normalizado” y el amor “muy devaluado”.

Existen prioridades antes de casarse y tener hijos, incluso cada vez es más aceptado no casarse y no tener hijos, y no es que eso esté mal, al contrario, qué bueno que hay más aceptación por los estilos de vida de los demás. Esta situación te lleva inevitablemente a buscar alguien que quiera lo mismo o que tenga sus propias prioridades para que no te distraiga de las tuyas.

Pero lleguemos al punto importante aquí: Aparece una persona en tu vida que te llena el estómago de mariposas, pero no sabes qué hacer y no sabes si es amor o sólo atracción. ¿Cómo saber si es amor?

Es extremadamente extraño, pero sí llega a suceder el “amor a primera vista”, no es lo común, y lo que te voy a decir parecerá muy salido del cajón de la abuelita, pero en realidad aumentará cientos de veces tus posibilidades de descubrir si es algo real antes de “volverla a regar”.

Los primeros tres meses de relación existen niveles elevados de neurotransmisores que harán “toda la magia”, esos deseos de verle o volverle a hablar aunque se hayan justo dejado de ver, las mariposas en el estómago, el encontrarle súper atractivo(a), el no tomar en cuenta los defectos (porque todos tenemos). Pero cuando terminan estos tres meses, la emoción disminuye, se deja de percibir todo como bueno, empiezas a notar el mal aliento (que siempre estuvo ahí), la falta de autocuidado en otras áreas, te empieza a molestar que te corrija la autografía, en fin. Y la respuesta científica, no tan mágica y no tan difícil de creer, pero sí la científica y correcta es: no te involucres en algo serio con una persona si no tienes al menos tres meses de estar saliendo con ella, sería una buena idea no tener relaciones sexuales para no crear apego (aunque si no te puedes aguantar tendrás que entender que el riesgo de involucrarse y que fracases sea mayor), pero sobre todo, por favor, no decidas irte a vivir con alguien o casarte si ni siquiera sabes si el sentimiento es real y va a ser duradero.

Una relación de pareja buena puede hacerte más feliz y potencializar tus deseos de crecer y salir adelante y una mala relación te puede llevar incluso a perder las ganas de vivir. No veas este tiempo como perdido sino como una inversión y si no es la persona ideal para ti, date la oportunidad de seguir conociendo gente. Y mientras, sé feliz y diviértete, y recuerda que la salud comienza en la mente.

Por: Dra. Gema Lucero Sánchez Gutiérrez de Lara

dralucero0@hotmail.com

Médico Especialista en Psiquiatría Fundadora de Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil

Teletón Tamaulipas Sierra de Venados 348, Mazatlán, Sinaloa.

Tel: (669) 1-12-18-69

Celular: (669) 2-65-20-33

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