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    Annecy, La Venecia de los Alpes

    Por ELEANA CARRASCO

    Conocida también como la Perla de los Alpes franceses, Annecy tiene esa pizca de magia que transporta a un cuento de hadas por su encanto, romanticismo e historia, detalles que la definen como una de las ciudades más bellas de Francia, situada en un marco de majestuosas montañas, un maravilloso lago y sus hermosos canales. 

    Rodeada por los suntuosos macizos de Bauges y Bornes, se encuentra en el punto de entrada al lago que alimenta los canales de la ciudad con aguas cristalinas donde se reflejan las encantadoras casas de colores. El paisaje alterna entre llanuras y colinas boscosas, franjas de coníferas y el lago bordeado por una naturaleza extraordinaria. Es en este magnífico escenario que la pequeña Venecia de los Alpes ofrece una experiencia mágica.

    Lo que tienes que saber…y visitar

    El lago Annecy es famoso por la pureza de sus aguas con un azul turquesa extraordinario que, además, son cálidas. En verano llega a los 24º C., lo que lo hace idóneo para actividades como sky acuático, windsurf o dar un paseo en barco. Es el segundo más grande de Francia, que se formó hace 18,000 años durante el deshielo de los grandes glaciares alpinos. Su belleza ha sido de gran interés entre los pintores, entre los que destaca Paul Cézanne con su obra El Lago de Annecy (1896).

     

     

    Le pont des amours es una parada obligada para los románticos, ya que según cuenta la leyenda, cuando dos enamorados se besan en el tramo central de este puente permanecerán juntos para toda la vida.

    Desde ahí, la pasarela de hierro fundido del puente une el Pâquier con los Jardins de l’Europe, dos de los parajes naturales más importantes de la ciudad que albergan enormes árboles centenarios.

    Uno de los principales atractivos de esta pequeña ciudad de la Haute-Savoie es Le palais de I’Isle, una antigua casa fortificada del siglo XII. Es el segundo monumento más fotografiado de Francia, por debajo de la Torre Eiffel, y está ubicado en una isla en el centro del río Thiou, cuya forma triangular se asemeja a la proa de una galera anclada.

    Comenzó como anexo del feudo de los condes de Ginebra, para más tarde estar a cargo de la Casa Savoy y después de la familia La Croix. Posteriormente tuvo varios usos, como Palacio de Justicia, Casa de la Moneda y cárcel desde la Edad Media hasta el año 1865 y eventualmente durante la Segunda Guerra Mundial. El Palacio de la Isla fue clasificado como Monumento Histórico en el año 1900 y hoy en día alberga un museo de su historia.

    A su vez, otro de los lugares para visitar es el Château d’Annecy, antiguo castillo y principal residencia de los condes de Ginebra y duques de Savoy. Esta enorme fortaleza domina la vieja ciudad. Fue víctima de incendios y restaurado en varias ocasiones hasta que la ciudad lo adquirió para rescatarlo.

    En el castillo se encuentra la sede del Observatorio regional de los lagos alpinos en la Torre Perrière, donde se puede disfrutar de exposiciones arqueológicas. Por otra parte, se aloja el Museo de Arte Popular Alpina, donde también se presentan diversas colecciones desde arte clásico a contemporáneo.

    La Torre de la Reina es también una parte del castillo que no hay que perderse.

    Cabe mencionar que siempre reina un ambiente festivo en Annecy, con sus puentes floridos, sus mercados, festivales y celebraciones –el Carnaval Veneciano (en febrero), el Festival Internacional del Cine de Animación (junio), la Fiesta del Lago (agosto) y le Retour des Alpages (fiesta sobre tradiciones populares, en septiembre), entre otros importantes eventos.

    Sus calles albergan acogedores restaurantes, galerías de arte y de artesanías, palacetes de hace más de cinco siglos con fachadas llenas de color y sus iglesias de estilo saboyardo, gótico y barroco.

    Después de todo, Annecy es un lugar excepcional con una multitud de actividades deportivas y culturales. El mejor punto y final para el paseo es alquilar una bicicleta y pedalear alrededor de lago a través de sus 42 km de sendero. Disfrutar de una de las mejores vistas y respirar el aire puro es la despedida ideal de un viaje sin igual.

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